Miércoles 18 MAYO
21:30 h.
Diego Vasallo
+Rafael Berrio
Diego Vasallo
''Canciones en ruinas''
Sin hacer demasiado ruido, como corresponde a alguien de carácter discreto, Diego Vasallo anda embarcado en los últimos años en una de las travesÃÂas musicales más fascinantes de cuantas nos ha deparado la música popular española. SAÂ, porque él, que conoció el éxito rotundo al frente de Duncan Dhu, lo habrÃÂa tenido muy fácil para, en solitario, continuar incidiendo en la veta de la fórmula feliz. Sin embargo, y una vez clausurado el capAÂtulo Cabaret Pop, decidió emprender la búsqueda del origen de la canción pura, minutos antes de que esta se vista de género, con trajes que sirven para identificarla como pop o rock y que ocultan la desnudez con la que viene al mundo. AhAÂ, en ese territorio en el que la canción es de autor y poco más, lleva alrededor de una década investigando Vasallo. La canción, nada más que la canción. Lo demás, son recursos.
En ''Canciones en ruinas'', su nueva obra, de tAÂtulo evocador y con el que parece querer subrayar esa condición de desolación conceptual con la que está trabajando sus últimas producciones, Diego Vasallo, gravita, más que nunca, alrededor del centro de la canción, ya no es que la muestre desnuda, es que la canción es hueso. Con tal materia, y con la presencia constante de su voz de arena, parece cantarnos desde el mismo abismo de la vida.
RAFAEL BERRIO - ''1971''
Mi heterónimo favorito de Pessoa vive en la playa de Gros, en San Sebastián. A veces hace discos excelentes de rock o de pop, como si apenas tuviese importancia. Otras, se despereza y llega aún mucho más lejos, concediendo obras maestras con la parsimonia de quien nada tuviese ya que ganar o perder. Colecciones de canciones que, como esta, atraviesan las llamas con el paso sereno aunque doloroso de lo cierto.
Es ''1971'' un viaje solemne hasta la entraña desde el primer tema. Muy adecuadamente, están envueltas las visiones de Berrio en músicas alejadas del standard rock (la guitarra, sólo cuando se precisa), ritmos sin adscripción definida que rasean el tango o el fado sin que la voz, preclara, les permita caer en la vulgaridad de un género; arreglos de cámara y de camarote, de catedral y de burdel, inspirados, frenados en su punto exacto de barroquismo, con la capacidad evocadora suficiente para transformar un frAÂo apartamento de Madrid en una tasca de Corinto, Lisboa o Buenos aires. O en una tumba. O en cualquiera de esas camas olvidadas donde nacieron los sueños que nos sostienen aún.