Martes 12 NOVIEMBRE  

 21:00 h.
El Siglo Del Tesorero (El Musical)

Tras el éxito obtenido el pasado dí­a 20 de agosto con ''El Mitin del Ciudadano'' vuelve el espadachí­n D. Martí­n de la Gaita con nuevas estocadas a los malandrines de hogaño en su renovado espectáculo ''EL SIGLO DEL TESORO. (El Musical)''.
Una EXHIBICIí“N de versos punzantes y canciones satí­ricas sobre los pí­caros de este SIGLO DEL TESORO...de los tesoreros.
Con Javier Martí­n Gaitero como D. Martí­n de la Gaita, José Marí­a Alfaya como juglar de corte y Jesús Marco y Kiko Aladro como músicos de re-corte.
... Y algunas apariciones por sorpresa de personajes que logran atravesar el túnel del tiempo.


José Marí­a Alfaya y Javier Martí­n Gaitero

Jose Marí­a Alfaya:
Este cantautor de la Tercera Edad lo mismo cabalga en solitario que se rodea de un elenco de compinches, tan difí­cil de describir que, para los economistas, se trata de activos no realizables, para los ecologistas son una acumulación de residuos urbanos y para los médicos, una colección de historias clí­nicas, que, aprovechando la existencia de la Red Estatal de Bares, Chiringuitos, Tascas y otros lugares de mala fama y peor nota, intentan difundir su recado de esperanza como producto final de las prácticas de terapia ocupacional.

Javier Martí­n Gaitero:
Tocado con un sombrero de ala anchí­sima que remata una pluma (roja, por supuesto) y con la lengua más afilada que su propia espada don Martí­n de la Gaita se enfrenta al bipartidismo sin disimulos, a pecho descubierto y a carcajada limpia. Con El mitin del ciudadano, el espectáculo teatral que protagoniza este histriónico personaje, ha resucitado un género (la sátira polí­tica) que parecí­a cosa del pasado.

Y precisamente del pasado, llega él con la doble misión de denunciar los abusos del poder y desenmascarar a los pí­caros modernos, tan abundantes ahora como en el Siglo de Oro del que viene. Cuatrocientos años separan a don Martí­n de la Gaita de Javier Martí­n Gaitero (el autor de sus satí­ricos versos que es también el actor que lo encarna) pero dirí­ase que son la misma persona.