Miércoles 5 ABRIL  

 21:30 h.
Luí­s Pastor Canta a Saramago

Presenta su último CD "Duos"


Extremeño de nacimiento y vallecano de adopción, empieza a cantar muy joven, en un momento histórico en el que la música era casi subterránea, y se desarrollaba en parroquias, clubs, reuniones de amigos o centros culturales.

En verano de 1970 salta a recorrer Europa con su guitarra, y a la vuelta, es cuando decide dedicarse de pleno a la canción. Adquiere gran popularidad en 1976, con su disco VALLECAS y su impacto reivindicativo.
Después de un perí­odo de retiro, reaparece en T.V.E. con las coplas del ciego, cancioncillas satí­ricas de la realidad nacional de entonces.

En esta esquina del tiempo...

Al tomar la decisión de cantar en portugués, Luis Pastor hizo algo más que cruzar una frontera lingí¼í­stica... escribe José Saramago en el texto que aparece en el interior del disco libro En esta esquina del tiempo. Y continúa: A mí­, lo que más me importa es reconocer en esta su ''emigración musical'' sonoridades nuevas, nuevas modulaciones, como si a la lengua portuguesa, al llevarla del brazo, se le hubiera transmitido un calor especial, una dulzura de otra época, un diferente modo de sentir.

El álbum En esta esquina del tiempo se puede explicar de una manera sencilla: Luis Pastor pone música y canta poemas de José Saramago, Premio Nobel de Literatura en 1998. Pero las obras excepcionales suelen habitar mundos sencillos y En esta esquina del tiempo es una obra mayor, que también nació de una manera natural, espontánea y sincera. Lo cuenta Pilar del Rí­o, esposa de Saramago y traductora de su obra al español: ...Un dí­a, no hace mucho, se encontraron José Saramago y Luis Pastor. Más tarde compartieron tribuna para decir con fuerza que no querí­an guerras canallas, que las únicas ofensivas morales y necesarias eran las que deberí­an combatir el hambre y la falta de cultura. Y el siguiente paso, éste sí­ osado, lo dio Luis Pastor cuando le dijo a Saramago que iba a componer música para sus poemas y además iba a cantar en portugués. Saramago se echó a reí­r, dijo ''ojalá'', y seguro que pensó que la locura de los músicos es casi tan grande como la de los sabios, así­ que se olvidó del asunto y se puso a escribir Las intermitencias de la muerte...


Su directo, es siempre un lujo y una garantí­a de calidad.
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