Lunes 21 SEPTIEMBRE  

 21:00 h.
Marí­a Parra

A la acción y efecto de ver, se le llama visión. La capacidad de percibir con los ojos la realidad. Visión además es el punto de vista subjetivo y particular sobre un asunto. Y puede referirse también a la recreación de una fantasí­a, una representación imaginativa y sobrenatural más allá del sentido de la vista.

A través de su piano, Marí­a Parra ve. Es el mundo en otras dimensiones. El fruto recogido de una transformación personal que sintetiza los años frente a las teclas dibujando esculturas en el aire, sobre el silencio, y aprendiendo, de tanto interpretar a los clásicos, los vericuetos y emociones que transmiten las partituras de cualquier obra genial.

En Visión, Marí­a Parra se proyecta desde una desgarradora introspección. Es un repaso a su propia existencia. Creaciones que pueden entenderse también como canciones y sobre las que se pueden imaginar historias, sensaciones, paisajes, secuencias cinematográficas...


Escuchar la voz de Camarón y su cante desolado, o la magia de la guitarra transparente de Paco de Lucí­a, tal vez sean dos de los momentos que más emocionen a Marí­a como oyente y espectadora.

Cuando se sienta al piano, un estremecimiento flamenco le atraviesa el cuerpo. Y las musas empiezan a revolotear. Así­ ha creado estas piezas de corte evocador, con duende y profundidad. Un sentimiento arraigado en ella al que suma sus grandes conocimientos de maestros como Falla,Albéniz, Granados… que aprendió a interpretar de la mano de Alicia de Larrocha, con la que estuvo muchos años estudiando los secretos de la música española de los siglos XIX y XX.

Y en el flamenco encuentra Marí­a un enorme caudal de expresión. Se comprueba en estas dos composiciones, y en la suite de cuatro que ha creado con la ciudad de Granada y su Alhambra como motivo de inspiración. Marí­a tocaora de piano.

Poderí­o y jondura. Arte y saber. Y un ole, unos jaleos y unas palmas que se escuchan sin estar.
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