Miércoles 8 JUNIO  

 21:00 h.
Mongin

Cachitos de Oro es el primer trabajo de Mongin. El nombre, además de titular el séptimo corte del disco, no es casualidad. Explica perfectamente el contenido del disco publicado en 2016 por Cí­trica y que es esa sorpresa inesperada que se produce muy de vez en cuando. Pura maravilla.

Tal es la calidad de este trabajo, que se unen al proyecto Carlos Carmona como guitarrista y productor musical, Kostan González (La Mala Rodrí­guez) al bajo, teclados y producción musical y Antonio Montoya “Purri” (Ketama) a la percusión y los coros.

El resultado es una producción de muchos quilates, que recuerda a los Nuevos Flamencos de Mario Pacheco allá en los años 80 y reminiscencias de Pata Negra.

En Cachitos de Oro hay predominancia de rumba, abordada desde distintos puntos de vista lejos de la rumba callejera o la rumba catalana, con tintes latinos melódicos y suaves al oí­do, como en Agua con veneno o Mentirosa.

Su versatilidad se muestra también en otros palos, como el tango Cachitos de oro que titula el disco y traslada al que lo escucha a los mismos jardines de la Alhambra, o el Fandango a Paco y Camarón, muestra inequí­voca de que estamos ante un artista con mayúsculas.

El lanzamiento de Cachitos de Oro será el 8 de junio de 2016 en Galileo, junto al plantel de músicos con los que grabó el disco.

A LA VENTA A PARTIR DEL 8 DE JUNIO EN PLATAFORMAS DIGITALES.


Mongin hizo su primera aparición en público el 23 de septiembre de 2015 en la madrileña sala El Sol, con gran éxito de crí­tica y público. Desde entonces ha alternado sus actuaciones con músicos con apariciones más intimistas en las que desarrolla su música con el acompañamiento de su guitarra y percusión en las que la atmósfera es irrepetible.

A pesar de su juventud (22 años), Mongin es un estudioso del flamenco clásico, del que bebe con desesperación, pero que adapta a sus canciones de un modo asombrosamente fácil e hipnótico, en el que se escuchan las canciones como el que se queda mirando una hoguera.

Una constante en las canciones de Mongin es lo atinado de sus letras. Cuenta las cosas como no lo ha hecho nadie, pero con un lenguaje directo, desde el más candoroso optimismo en ''Tan Contento'', hasta la desgarradora ''A dos velas'', en la que Mongin muestra la realidad social de lo vivido en carne y que se ha convertido en himno propio de los afectados por los desahucios en España.